Experiencia del entrenamiento clínico en ACT a profesionales (Másteres) en la adaptación Covid-19

Por MICPSY
16 julio 2020
El viernes 13 de marzo España recibía, de modo oficial, la entrada en vigor del Estado de Alarma y confinamiento total por la pandemia del Covid-19. Han pasado apenas cuatro meses desde aquél día, pero todos podemos irnos a esa caótica semana en la que, primordialmente, reinaba una sensación: confusión. La sorpresa, extrañeza; la perplejidad generalizada. A qué hacer que prosigue a todo evento, no existía un protocolo de actuación para intentar reorganizar repentinamente cada uno de los pilares que sostienen nuestra vida moderna. Una vida que, en términos globales, no suele tener carencias básicas que lamentar y, por ende, se aturulla fácilmente ante un contraste de esta magnitud.
Lo que al inicio se sostenía como dos semanas de confinamiento fue alargándose hasta acumularse en meses. Este hecho fue dando pie a que unas sensaciones sucedieran a otras, congregándose en fases. Según se iban lanzando los datos y noticias, se comenzó a gestar una sensación global de que lo que venía por delante era no sólo algo que no era breve, sino sin horizonte definido de vuelta a la normalidad. Se puso a prueba lo que caracteriza a la supervivencia de todo organismo. La adaptación al medio, a las circunstancias, ha distado mucho en función del contexto de cada cual, pero en todos ha sido necesaria enorme fortaleza física y psicológica ante la incertidumbre y los cambios que han ido desencadenándose durante estos meses.
Desde MICPSY, como docentes y también personas confinadas desde nuestras propias casas, nos encontramos con la responsabilidad de sostener el entrenamiento de nuestros alumnos sin perder las pautas marcadas de aprendizaje; ahora bien, en un contexto muy distinto, totalmente imprevisto de la noche a la mañana.
Lo que al inicio se sostenía como dos semanas de confinamiento fue alargándose hasta acumularse en meses (…) Se puso a prueba lo que caracteriza a la supervivencia de todo organismo. La adaptación al medio, a las circunstancias.
Nos es particularmente emotivo situar los muchos esfuerzos sobrevenidos estos meses en el entrenamiento continuo a los profesionales de nuestros Másteres (Máster en Terapias Contextuales y Máster en Psicología Infantil-Juvenil en ACT y TMR). A ellos la pandemia les encontró justo en el momento clave de su entrenamiento. Las clases que acontecen entre febrero y junio conforman el segundo tercio de ambos Másteres, precisamente el momento en la que el alumno se sumerge en construir la pura solidez de sus habilidades. Momento que, de por sí, siempre se acompaña de turbulencias, miedos y sensación de incapacidad.
Nos pusimos a trabajar, adaptándonos. Sesión tras sesión, tras las múltiples pantallas, adaptamos cada clase, temática, ejercicio y role-playing al formato telepresencial en directo. Dividiendo a los alumnos en grupos reducidos y con un docente por grupo, los fines de semana transcurrían con la práctica de múltiples movimientos clínicos ante el paciente en una suerte de clases particulares por formato. La creatividad para corregir y moldear cada movimiento se puso al servicio de uno de los principios fundamentales del modelo contextual: atender a la función de lo que el paciente muestra, independientemente de la forma. Así, más allá de aprender a soltarse y divagar por las estrategias centrales de la terapia, han ido poco a poco solidificando el dominio de su conducta como terapeutas en su abanico verbal… y corporal.
Recorrer el camino hacia llegar al corazón de los pacientes para cumplir los objetivos de la intervención es dominar las muchas carreteras que hay para un mismo fin. Para esto, el abordaje a través de múltiples perfiles y problemáticas clínicas, así como momentos clínicos de dificultad diversa, requiere la configuración de un moldeamiento preciso y constante del clínico en el transcurso de su aprendizaje. Un terapeuta contextual (ACT) debe aprender a recorrer dos caminos que confluyen en uno: disponer las condiciones o el contexto para que su paciente sitúe su energía y tiempo de vida en una dirección y sentido vital de valor personal. Por un lado, el terapeuta debe aprender a interactuar consigo mismo: con sus pensamientos, sensaciones y emociones que, inherente a su condición humana, surgen en el transcurso de la intervención. Por otro lado, ha de interactuar con su paciente en tiempos y espacios récord. La espontaneidad, aún englobada en dirección general de la terapia y sostenida en estrategias centrales del modelo, se sirve de la agudeza y creatividad de lo que el ojo clínico percibe y qué demandas capta a cada momento de la sesión. De por sí no es un trabajo sencillo: es extraordinario, en su dificultad y en su importancia.
Con una pandemia que dejó, de repente, el mundo, la vida, el suelo en el que uno pisa como algo nuevo a lo que adaptarse, la evolución de este aprendizaje adquiere muchísimo más valor. El tiempo dará los frutos de haber cocinado una implicación así en un momento tan extraordinario. Por nuestro lado, los avances que les detectamos en su evolución como terapeutas son admirables.
Recorrer el camino hacia llegar al corazón de los pacientes para cumplir los objetivos de la intervención es dominar las muchas carreteras que hay para un mismo fin. Para esto, el abordaje a través de múltiples perfiles y problemáticas clínicas, así como momentos clínicos de dificultad diversa, requiere la configuración de un moldeamiento preciso y constante del terapeuta en su aprendizaje.
Queremos, desde aquí, felicitar a nuestros alumnos. Ni mucho menos termina aún este viaje con vosotros, pero sí un periodo que ha necesitado de la adaptación y creatividad de todas las partes. Es algo que queremos honrar.
En cuanto a nosotros, como equipo docente e institución, la fuerza y tamaño de acontecimientos ha hecho que generásemos en tiempo récord un sistema metodológico que, de no acontecer lo acontecido, quizá no nos habríamos planteado. Los frutos de este escenario han redundado en que, sin abandonar la enseñanza presencial por las múltiples e insuperables ventajas que ésta ofrece en esta formación, tengamos ahora métodos para equipararla en escenarios virtuales, con herramientas nuevas. En su optimización, daremos pistoletazo de salida a ediciones de ambos Másteres venideras (inicio en otoño de 2020) en las que cualquiera tenga la elección de optar al título de entrenamiento vía virtual o presencial.
¡Continuamos en septiembre!
Galería de fotos del Máster en Terapias Contextuales.
Moldeamiento de habilidades del terapeuta contextual durante la adaptación por COVID-19: online y presencial.
Galería de fotos del Máster en Psicología Infanto-Juvenil en ACT y TMR.
Moldeamiento de habilidades del terapeuta contextual durante la adaptación por COVID-19: online y presencial.
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